MONÓLOGOS DE PEPE -«La felicidad»-Pepe y su rebaño-acrílico nº225-Flores en el río-acrílico nº226

                                     flores en el río-acrílico nº 233                                                                                                                                                                                  Al amanecer,en el silencio de la aldea,desde mi habitación se escuchaba el eco susurrante del agua  del río ,que transcurría incansable hora tras hora ;su sonido al que ya estábamos acostumbrados todos los habitantes, era como una  música de fondo, una sinfonía    que a veces…en la soledad de la noche se deslizaba suave, una nana bendita,que nos hacía acurrucarnos felices entre nuestras sabanas…La vida en el campo tenía ese sabor,ese aroma que se quedo impregnado para siempre en nuestra piel,y que en momentos de agobios…de prisas…buscamos como remedio,como un consuelo, esperando  despertar en los mismos paisajes del pasado,de la niñez.Mis recién cumplidos doce años,de un verano casi adolescente entre los paisajes montañosos,los días se nos pasaban volando,junto a Fatima y Teresa  rodeabas de ese ímpetu que lleva a descubrir todo un mundo nuevo,entre risas y silencios…el calor del verano,las excursiones que nos  llenaban de tentativas por conocer el entorno y a nosotras  mismas…esos misterios que parecían tener los adultos…a los que mirábamos minuciosamente,en cada gesto,detalles… un motivo para imaginarnos algo de esas vidas,que contemplabamos  lejanas,y que anhelábamos copiar,llegar a ser adultas para conseguir esos sueños…que edificabamos en nuestra imaginación, entre las manchas de moras,que guardábamos en nuestras faldas,apretujandolas para sentarnos en una piedra y compartirlas,en un ritual que repetíamos verano tras verano.Fue entonces…cuando lo vimos,era un pastor,tendría treinta  años,se llamaba  Pepe ,rodeado de sus cabras;un perro enano pero ladrador lo seguía fielmente,se dirigía al monte,por el camino llano,con paso un poco acelerado instaba al ganado,silbando a ratos una melodía que como si se tratara del flautista de Hamelin atraía nuestros pasos ,las tres,escondidas entre las choperas,sus ramas movidas lentamente por el viento producían un cierto runruneo especial;en un atardecer inolvidable,sorprendimos a Pepe hablando  con las estrellas… contándoles que era feliz,nombrando a cada una de sus cabras…con nombres  de satélites   .. .después se tumbo en una manta mientras su ganado se alimentaba de hierbas y  broza, suspiró hablo en voz alta de la tranquilidad,de la belleza del paisaje,contaba anécdotas de su vida,algunas  frases se resumían en…»vivo en paz no aspiro a nada mas». Cuando volvimos a casa,eran las ocho y media de la tarde ,nos esperaba  una buena regañina,un castigo.                                                                                   

Pepe y su rebaño-acrílico nº223
¡Cuanto nos reímos al día siguiente¡ pensando en las palabras sin sentido del pastor ¡ .Han pasado años,he visto a Pepe,algo  mayor, he hablado con el,en mi mente se agolpaban las risas… los recuerdos…y esas palabras que en mi niñez carecían de sentido,hoy no se porque…han tomado firmeza en su mirada, la mirada de una persona sincera y afable,feliz consigo misma.Me he llegado a preguntar.¿Donde reside la felicidad?.La mirada influye mucho sobre la vida,los paisajes…las cosas y las personas… también influye la edad,el grado de madurez,la empatía.El tiempo nos transforma,Pepe y yo no somos las mismas personas de ayer,pero esos pasajes del pasado han creado vínculos sagrados que pululan entre los rincones de los recuerdos que forman  parte de mi vida.Elssa Ana