——————–MASEGOSO————-

———————MASEGOSO—————————UNA VISITA A LAS ALDEAS Y PUEBLOS

———————-ALBACETE————–

CERCA DE LAS PEDANIAS DEL ITUERO,CILLERUELO Y PEÑARRUBIA.

Los alrededores lo forman unos paisajes preciosos, llenos de tranquilidad y paz.  La plaza nos recibe con una sonrisa de sus habitantes, que disfrutan de un día donde el sol brilla

Sus típicas casas de fachadas blanqueadas, tienen ese atractivo y acogedor sello de la vida rural.

Esa plaza y la fuente, que invita a sentarse y observar en noches de verano, el cielo estrellado.

Ascendemos la cuesta,las escaleras nos indican el camino, desde donde  se divisa  el municipio 


Las callejuelas con sus esquinas antiguas,esas casas con sus corrales de piedra,donde  no es difícil imaginar como transcurría la vida antiguamente  aquí.


La agricultura y ganadería.El duro trabajo,sobre todo en invierno,donde el frío dominaba estas zonas.


Subiendo la cuesta,se pueden observar los tejados de la plaza,tejados típicos y viejos,tan cerca,que parecen de juguete.


Tejados que recuerdan otros tejados,donde los gatos hacían su aparición y nos hacían sonreír en nuestra niñez.


Nos sorprendemos,es triste y desolador el paisaje de las viviendas en la cima.Muchas casas  desoladas y hundidas.


Restos de casas que dejan sin respiración a quienes  las observan


Viviendas que todavía conservan entre ruinas, la esencia de quienes habitaron en ellas.


Ventanas que casi se sostienen solas,como resistiéndose a dejar de existir.

Como esperando el gran milagro, ver  un rostro asomándose a ellas.

El tiempo que destruye todo a su paso.

Dejando a veces su huella.La huella del hombre.


Los cucos todavía se  mantienen erguidos.


Lo mas asombroso.El punto donde se unen las piedras del pasado y las construcciones del presente.La belleza de la fotografía es la sabiduría de la naturaleza.Esa esperanza del almendro floreado en el centro del patio derruido.


Debemos regresar.


Pero antes visitamos esa iglesia tan atractiva.

Con su torre altanera y silenciosa.

Que hoy nos observa con el silencio de sus campanas.

El sonido del río que nos puede adormecer un poco,regalándonos el espectáculo precioso, de su paso por el centro del pueblo.

Y de nuevo la sensación de paz y tranquilidad.

Ahora si que nos marchamos.

No sin antes mirar atrás.

Tratando de dejar impresa en nuestras miradas.

El reflejo de la naturaleza.

Que se nos entrega en cada estación.

Ha sido  una experiencia maravillosa que esperamos repetir próximamente para visitar la famosa laguna del Arquillo. Elssa Ana


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