———-MI AMIGO———–MI NAZARENO—————–

En una madrugada donde la total   oscuridad de las calles se alió  con los sonidos del bombo;el capataz marcaba con su campanilla tiempo de silencios…las amplias capuchas cubrían el rostro de los nazarenos; sobre sus  hombros las cruces de madera llamaban  la atención de la gente,que se agolpaba en la amplia  puerta de la parroquia de  La  Purísima.

 IMAG0253 (2)   El Cristo del Consuelo brillaba entre farolillos y flores alzado en  su trono, paso a  paso al ritmo del golpe de las horquillas de los  costaleros,  reflejando en su rostro toda la pasión de la Semana Santa,  las miradas se paraban en el con peticiones,arrastrando cadenas,promesas ,rezos.                                Acelere mis  pasos  atravesando la ciudad,buscaba ansiosamente el rostro de mi  nazareno,   uno de mis mejores amigos , destacaba en el  ese modo  de ver y mirar la vida, regalando alegría ,siempre tan positivo. Durante los dos años anteriores  habíamos participado de la procesión del silencio,una bella experiencia, que nos unió mucho mas;seguíamos la procesión con gran respeto y fe, iba delante de mi, y cuando hacíamos una parada,volvía la cabeza acercando su cruz a mis pies, consiguiendo llamar mi atención ,por supuesto provocando gestos…y la risa contenida.Ese año,yo no podía acompañarlo,  mis pensamientos lo buscaban junto a una extraña inquietud que me alteraba. Fui buceando entre las masas de gentes,que iban y venían,parándose  a ambos lados de las calles ,situada  al lado izquierdo de la calzada.

   procesion-del-silencio-2014-albacete-25 La  lentitud de los pasos me daba la oportunidad, de asomarse a los rostros, que se mostraban entre luces y sombras…casi todos se empeñaban, en mantener lejana su identidad . Una saeta completaba un momento tan especial, la voz quebrada y bella de una mujer  se elevaba en el aire,mientras mi  nazareno se abrió paso delicadamente , hasta colocarse a mi  altura.La mirada que tanto había buscado ,se regalaba ahora junto a un guiño de complicidad. La procesión continuó su recorrido, me  mantuve  firme y plena de alegría  hasta ver desaparecer la silueta de el, empequeñeciéndose  en la distancia. Nadie podía imaginar que  era una despedida definitiva , unos días después un accidente de tráfico se llevaba a mi  nazareno,que  emprendía un largo viaje sin retorno. Cada año su sonrisa se eleva entre las masas de la gente  de la procesión del silencio, y un guiño de complicidad se refleja en mi alma.  Elssa Ana

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