LA FIDELIDAD DE MARCIAL-«fotos de Willy,el perro de Carmen»

Marcial , agitando la respiración,su mirada fija en la bicicleta,continuaba la marcha al compás del pedaleo de su amo,acostumbrado a seguir la misma ruta siempre, día tras día.                                                                                                                                Los tres kilómetros  que separaban su casa del recinto, parecían estar hechos a propósito, como si se tratase de una carrera de obstáculos ,calle asfaltada,camino pedregoso,alcen,puente,  donde llevaba durante un tramo la bici a cuestas,para luego volver a montar en ella y acceder a una carretera de  medianas condiciones…cruzar un riachuelo,al final buscando un atajo.

                                                                                           ¡ Juraría que nunca lo había visto así¡ pensó Jose observando a Marcial; sigiloso a veces…nervioso y alterado,ladrando sin parar,escondido entre los árboles,con mirada cautelosa.

                                                                                                   La puerta de entrada de la fabrica,los recibía protegida por una persiana de metal, donde Jose introducía una de las llaves,para izarla con todas sus fuerzas;el acceso a la fabrica por unos pasillos largos…donde se podía  observar  la belleza de muchos tipos de tejidos;si era invierno los tejidos eran de seda y gasa,veraniegos…y al revés, siempre preparando la moda de la próxima temporada.Entre patrones que descansaban en una gran mesa,esperando que los cortadores les dieran salida,tijeras de todo tipo dormían en cajones…hilos de todos los tamaños y colores… maquinas de coser industriales,maquina de ojales,de botones…

 En la quietud de la noche,donde todo parecía morir  .A Jose le gustaba observar todos los detalles…como si de un museo se tratase; a su edad,setenta  años,jubilado,este trabajo de guarda, le ofrecía esperanza de vida y un dinero para ayudar a subsistir a su familia;su hijo de treinta años,parado,estudiante, y su mujer que solo había trabajado en contadas ocasiones .Abrió la puerta, adentrándose en las salas y cerrando por dentro.Pero esta vez Marcial se colo en el recinto sigilosamente,transformando  la costumbre diaria;siempre  se quedaba en el exterior y muy cabizbajo y triste regresaba a casa,donde lo esperaba Aurora.

                            Jose dio una vuelta para revisar todo el edificio planta por planta,  se adentro  en una sala mediana, acurrucándose  un sillón donde descansaba y daba alguna cabezadita de vez en cuando.En la sala continua,una sombra acechaba paso a paso,lentamente,la pequeña luz de una linterna,servía de referencia y los objetos adquirían formas…El ruido de los fuegos artificiales de las fiestas de un barrio próximo llegaban a los oídos de Jose, mezclándose con los  sueños…entreabría los ojos y se decía así mismo,las fiestas…

                                                                                                   Para seguir en su relajante descanso.  Aurora esperaba a Marcial inútilmente,hora tras hora,imaginaba desastrosas situaciones…problemas …No era normal,ese silencio la desorbitaba,la inquietud de pensamientos negativos, que la acosaban.Los teléfonos sin cobertura,eran las cuatro de la mañana.Las seis de la mañana,por fin, pensó Aurora en voz alta,se escucha la señal,ahora hay cobertura.En la oficina de la fabrica sonaba el timbre del teléfono ,Jose corría por los pasillos presuroso,alzando en su  mano un hierro como arma de defensa,algo asombrado;nadie llamaba a esas horas…al abrir la puerta ,la escena le dejo anonadado.Su perro tendido en el suelo emitía gruñidos de dolor,apenas perceptibles…le habían pegado una paliza,Jose se dirigió hacia el ,en unos segundos oyó un ruido y pudo ver una sombra que saltaba por la ventana a la calle, rápidamente la siguió corriendo sin pensarlo dos veces,su edad le limitaba pero…de pronto vio como el chico se retorcía en el suelo, entre la hierba de un jardín continuo;fue  entonces, cuando le amenazo con el hierro,su rostro iba tomando formas alumbrado con las farolas y la luz de un lento amanecer.Era un chico de unos quince años,delgado,poco a poco se fue dando cuenta que la sangre corría por sus piernas,sus tobillos,estaba lleno de mordeduras.Jose se dirigió a Marcial, abrazándolo tembloroso,sus pensamientos rozaban el miedo¡Marcial ,esta vez me has salvado la vida¡repetía insistentemente.

                                                                                          Mientras la gente se agolpaba en la calle alborotada.Marcial parecía sonreir a su amo con un gesto de fidelidad. Elssa Ana