La iluminación se limitaba a varias velas formando círculo en el centro,en el resto bailaban
las sombras.
En el parte oficial de Don Pascual López figuraba:De ciento cincuenta y tres invadidos un total de
veinticinco muertos.
Según subscribe el señor alcalde constitucional de casas Moya,la afligida población,libre de la
calamidad del cólera morbo el cinco de Octubre de mil ochocientos cincuenta y cinco,acordaba los
días para celebrar la feria de aquella villa.
En el caserío el hombre,febrilmente,avanzaba hacia el criado,la oscuridad era casi absoluta,las rendijas
estaban taponadas.
Amos e invitados se volatizaron.Sólo existían ellos dos.Sus brazos rodearon el cuello del criado,
tembloroso,su cara bañada en un sudor pegajoso se restregaba contra él.Su respiración era entre-
cortada, se balanceaba y no conseguía articular palabra hasta que,en uno de esos vaivenes,el criado
se sintió salpicado de un liquido pastoso que escurría por su camisa hasta filtrarse en su cuerpo.
El hombre cayó al suelo y permaneció inerte.
…Y el amo,mientras los mozos lo arrastraban ,les señalaba el camino de la villa donde la afligida
población se preparaba para celebrar la función inmemorial.
En el pueblo,en una de las callejas,apareció el cadáver:-Un hombre de unos cuarenta años,estatura
de unos cinco pies,pelo rubio,ojos pardos,nariz regular y barba cerrada…
Varios segadores creyeron reconocer en el hombre…
FIN ,