LA ARBOLEDA
Enorme y sólida
pero oscilante,
golpeada por el viento
pero encadenada,
rumor de un millón de hojas
contra mi ventana.
Motín de árboles,
oleaje de sonidos verdinegros.
La arboleda,
quieta de pronto,
es un tejido de ramas y frondas.
Hay claros llameantes.
Caída en esas redes
se revuelve,
respira
una materia violenta y resplandeciente,
un animal iracundo y rápido,
cuerpo de lumbre entre las hojas:
el día